La brisa trae consigo
tantas luces apagadas,
diversidades de aromas
que viajan por mi camino

Una historia se connota,
decenas de momentos pasados
se coordinan como notas
en un pentagrama encarnado,
se las lleva el viento venidero,
se consumen en el pecho,
en los pulmones, muy adentro
y consigo me traen la locura.

Azucarados giran los aires
rozando mi piel y mi pelo,
rehacen en mis memorias
momentos de carícias, tuyas.

Aún tan aquí, mi musa,
te siento tan lejana,
y no te enojes con mis palabras,
no pretendo pedirte más de lo que das,
simplemente
miro hacia adelante
y con temor avecino
el elocuente destino
como un largo recorrido
que afrontar no se si puedo.

Algodones soportan
mis más vividos sueños,
días y horas flotan
en las venas enraizados
y la vejez me llega
sin siquiera pedirla.

Te pido disculpas
por haber querido esto,
irrumpir en nuestras vidas
e imaginarle salida al callejón,
pero de sueños vivo.

Toma mi mano
y sin mirar al mañana
hundamos la nostalgia
en un cálido beso,
solos tú y yo,
tu piel y mi viento.