Tú, yo y las estrellas...
del mar que miran tus ojos,
mareas que mojan mis latidos,
el negro que diluye el sentido,
el blanco pasar de gaviotas,
y las gotas que poco a poco tocas.
¡En aquél lugar de maravillas!
Tu cuerpo llenas de cerillas,
tus labios se colman de fosfatos,
y tus poros me gritan en negrillas
¡Que empiece a quemar mis nitratos!
Te has vuelto mi suave estupor de deseos,
y en tu piel, tu tierra de orquídeas,
yace el lugar donde desahogo mis celos,
y me fundo con los matices lavandas,
que en mi alma destiñen los miedos,
que en antaño moteaban mi escala,
con falsas esquirlas de acero.
Tú, mi grave matiz de despojos,
tú y tus ojos estelares...
que con velocidades neurales
¡Inyectan en mí, tonos vivos!